Los pies son una de las partes de nuestro cuerpo más olvidadas. No somos conscientes de la importancia que tienen, ya que para empezar sostienen el peso de todo el organismo y sus funciones motrices.
Normalmente no usamos el calzado adecuado, haciendo que no
apoyemos bien los pies al caminar. Los llevamos apretados, ahogados, la mayoría
de las veces por una cuestión de estética. Esto a la larga nos puede traer
ciertas consecuencias como dolores de espalda, dolores de piernas, contracturas
e incluso dolores de cabeza.
Por este motivo os recomiendo los baños de pies. Una manera
muy sencilla de mimarlos y sentiros relajados.
Beneficios de los baños de pies con sal
Fisiológico:
• Ayuda a desintoxicar el cuerpo
• Estimula la circulación natural de nuestro organismo
• Ayuda a aliviar el pie de atleta y las callosidades
• Relaja la tensión, dolores musculares y dolor en las
articulaciones
• Ayuda a aliviar la artritis y el reumatismo
• Ayuda a aliviar el dolor crónico en la zona sacro-lumbar
• Alivia los pies cansados y doloridos. Así como los músculos de las piernas
• Alivia la tensión en las manos y las muñecas
• Ayuda a aliviar las lesiones deportivas
Beneficios estéticos:
• Elimina las impurezas de la piel
• Calma irritaciones como la psoriasis / eczema
• Alivia el picor
• Calma y suaviza la piel
• Anima a la piel a la renovación celular
• Ayuda a curar las cicatrices
• Restaura el equilibrio de la piel
Psico-física
• Proporciona una relajación profunda
• Ayuda a aliviar el estrés y la tensión
Como realizar un baño de pies:
Llenar un barreño o un pediluvio con agua caliente y
añadirle 2 cucharadas soperas de sal marina. Seguidamente sumergiremos los pies
durante 15 o 20 minutos. A continuación secaremos los pies, asegurándonos de
que no queda humedad entre los dedos. Finalmente nos pondremos unos
calcetines para que mantengan el calor.
Una alternativa, es añadir 4-5 gotas de aceite esencial al
barreño. Si pincháis aquí, veréis las propiedades de algunos aceites esenciales
y para qué sirven.
Recomendaciones para cuidar nuestros pies y en definitiva
todo nuestro organismo:
- Al llegar a casa tenemos que quitarnos los zapatos y andar descalzos. Si no es posible, nos podemos poner unos calcetines gordos con suela antideslizante o también unas zapatillas con la suela muy finita, que nos permitan notar el suelo al caminar.
- Dar paseos por la playa descalzos, notando el masaje que nos hace la arena en las plantas de los pies. Otra alternativa, es pasear descalzos por un campo o un parque notando la hierba en nuestros pies.
- Como última recomendación, todo el mundo debería hacerse una reflexología podal de vez en cuando, para ayudar al organismo a restablecer sus funciones. Esto nos ayudará a estar en equilibrio, tanto física como emocionalmente.
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